sábado, 1 de noviembre de 2008

Mantenimiento de los equipos III

Con el artículo que os proponemos damos por finalizada la serie que hemos venido dedicando al mantenimiento de los equipos de refrigeración evaporativa. En esta ocasión, nos ocuparemos de cómo en correcto mantenimiento de dichos equipos asegura la prevención del desarrollo de la bacteria de la legionella en el agua que circula en los mismos.

La bacteria puede existir en bajas concentraciones en la mayoría de los circuitos de agua, resultando inocua en estas condiciones. En cualquier caso, las torres de enfriamiento y condensadores evaporativos sólo son susceptibles de desarrollar la bacteria “Legionella Phenumophila”, es decir, de aumentar la concentración de la misma en el agua que recircula, si el líquido que recibe de la red está contaminado. En consecuencia, para que se produzca un brote epidémico de Legionelosis asociado a una torre de enfriamiento es necesario que se presente una cadena de sucesos altamente improbable: la existencia de una alta concentración de colonias de la bacteria, que inicialmente entran en la instalación, a través de la red pública de suministro, y condiciones incontroladas que permitan la multiplicación de la misma, es decir, la descarga de una corriente de aire con aerosoles contaminados al ambiente y un número suficiente de micro-gotas de los aerosoles inhalados por personas susceptibles de padecer la enfermedad (inmunodeprimidos).

Para prevenir el riesgo de Legionelosis basta con romper esta cadena de sucesos en cualquiera de sus eslabones, algunos de los cuales es sencillo quebrar con sólo establecer un buen diseño y un correcto mantenimiento de las instalaciones de enfriamiento. De este modo, es posible minimizar el arrastre de aerosoles de agua en la descarga del aire de los equipos, reducir las posibilidades de inhalación mediante el adecuado emplazamiento del equipo y/o protección personal y, sobre todo, eliminar las condiciones que favorecen la multiplicación de bacterias. Es decir, la posible entrada de una colonia de Legionella en la instalación de refrigeramiento sólo se volverá perjudicial para el ser humano si prolifera de forma descontrolada, algo que únicamente es posible cuando dicha instalación no se controla y mantiene de forma adecuada, tal y como exige la ley en el Real Decreto 865/2003 de 4 de julio por el que se establecen los criterios higiénico-sanitarios para la prevención de la Legionelosis.

Concentraciones típicas de un total de bacterias aeróbicas de las 104 cfu/ml (cfu= unidades formadoras de colonias) implican que el sistema está bajo control, sin embargo concentraciones superiores a 105 cfu/ml requieren medidas correctivas de forma inmediata que permitan reducir el nivel bacteriológico. Existen condiciones que favorecen las altas concentraciones de Legionella:

o Temperatura: la bacteria no se multiplica por debajo de los 20 grados aunque siga viva, mientras que por encima de los sesenta no sobrevive.
o Nutrientes: en la instalación deben existir nutrientes que permitan la multiplicación de bacteria, es decir, sedimentos, lodo, restos de corrosión, etc.
o Refugios: el lodo, las películas biológicas y las incrustaciones pueden ofrecer abrigo al crecimiento de la Legionella.

Una correcta inspección, limpieza y desinfección de la instalación de refrigeración evaporativa impedirá la producción de cualquiera de estas circunstancias, convirtiéndose en la solución para minimizar los riesgos de Legionella.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola a todos,

Sólo quería comentaros que la serie de artículos que habéis venido publicando estos días sobre el mantenimiento en los equipos de refrigeración evaporativa resultan muy interesantes para todos los que trabajamos en el gremio.

El mantenimiento es un elemento esencial en la seguridad de los equipos de la que tanto se habla y, en caso de desarrollarse como debe, asegura la desaparición de cualquier riesgo.

Un saludo,

Juan